martes, 13 de mayo de 2014

CRECER EN EL AFECTO



Todas nuestras vidas empezaron con el afecto humano como primer soporte. Los niños que crecen envueltos en afecto, sonríen más y son más amables. Generalmente son más equilibrados.
Dalai Lama

El amor siempre triunfa

El amor es por excelencia lo primero que está en todo lo que somos, lo que nos rodea y lo que hacemos. Dar o recibir afecto, expresar sentimientos y compartir con otras personas nuestras emociones es una necesidad básica y universal. Sin el amor, el afecto, el cariño, no podemos crecer y vivir plenamente.



Las carencias afectivas

Las carencias afectivas más graves son las que han acontecido en la infancia, la ausencia de afecto, calor, cariño, empatía, por parte de los adultos, crea un “vacío” emocional y provoca la aparición de trastornos de maduración, somáticos, de conducta y afectivos. También se ha comprobado que las carencias afectivas están muy unidas a las intolerancias alimentarias y a las defensas del cuerpo.
La pérdida de una madre o un padre, malos tratos, abusos, entre las más graves carencias afectivas.
Estos casos graves están diagnosticados como “Síndrome de Carencias Afectivas”.
En la actualidad tenemos muchos recursos y terapias para poder reconducir y transformar estas carencias, aunque lo mejor sería hacerlo desde la prevención y la responsabilidad.

Es cierto que, muchos de nosotros, en algún momento hemos sentido no haber amado lo suficiente o no nos hemos sentido queridos, aunque en momento y tiempo concretos y eso no nos hace ser personas carentes de afecto.



Pasos para crecer en afecto

  • No uses tus carencias como protección para alejarte de los demás, por miedo a sufrir, da un paso más hacia adelante, hay muchas personas que seguro esperan darte mucho y tu a ellas.

  • Eres un ser único y especial, quiérete mucho, no estamos acostumbrados a vernos como lo mejor, tenemos que confiar en nosotros mismos, nosotros podemos ser la mejor versión de nosotros.

  • Un desamor no puede ser la causa de tu ruina afectiva, todo es experiencia, de todo aprendemos, míralo así y no como un fracaso, esto te dará la posibilidad de volver a confiar y amar a otra persona en el futuro.

  • Todos necesitamos cariño para poder alcanzar nuestro bienestar emocional, prepárate para recibir afecto, abre tu corazón y también debes darlo.



Usa las palabras mágicas: “te quiero” - “muchas gracias”

Aunque sintamos y demostremos a alguien lo mucho que le queremos, muchas veces no se lo decimos con palabras, el decir “te quiero”. ¿Hace cuánto tiempo que no le dices a tus padres que les quieres?, a un amigo, a tu hermano, a tus hijos.... Puede que al principio sea un poco difícil, incluso sientas vergüenza, pero merece la pena, hazlo y verás que cambios más maravillosos en ti y en los demás.

Dar las gracias con una sonrisa, un apretón de manos, un abrazo.
Pero... y recibir las gracias de alguien, estamos acostumbrados a que cuando nos dan las gracias, la mayoría de las veces, respondemos con “y tú más” en vez de un “de nada”. Al final lo que estamos haciendo es revotar lo que nos están dando, como sino lo aceptáramos. Cuando nos dan las gracias tenemos que disfrutar de nuestro regalo, asentir y honrar a la otra persona por lo que nos ha dicho.

Dar las gracias por todo lo que tenemos, por las cosas más simples, porque estamos vivos, porque podemos respirar, porque podemos ver, caminar, etc...

Elige cómo te quieres sentir, el amor ennoblece el alma de las personas. Pintemos un mundo donde nuestros hijos se reflejen en colores puros y llenos de pleno afecto.

Muchas gracias por estar y ser.


Todos nuestros eventos en www.matrixoc.com
 




















viernes, 9 de mayo de 2014

Conecta con la energía universal, transforma, crea y consigue tus objetivos


Conecta con la energía universal, transforma, 
crea y consigue tus objetivos


Cuando creemos que podemos, en realidad, podemos.
Sorprendentes experimentos en los laboratorios más adelantados del mundo corroboran esta creencia.
En neurología han comprobado algo aparentemente descabellado: cuando vemos un determinado objeto aparece actividad en ciertas partes de nuestro cerebro… pero cuando se exhorta al sujeto a que cierre los ojos y lo imagine, la actividad cerebral es ¡idéntica! Entonces, si el cerebro refleja la misma actividad cuando “ve” que cuando “siente”, llega la gran pregunta: ¿cuál es la Realidad? “La solución es que el cerebro no hace diferencias entre lo que ve y lo que imagina porque las mismas redes neuronales están implicadas; para el cerebro, es tan real lo que ve como lo que siente”.




Fabricamos nuestra realidad desde la forma en que procesamos nuestras experiencias, es decir, mediante nuestras emociones.
Nuestras células son las que se acostumbran a “recibir” cada una de las emociones: ira, angustia, alegría, envidia, generosidad, pesimismo, optimismo… Al acostumbrarse a ellas, se crean hábitos de pensamiento. Un pensamiento o emoción crea una nueva conexión, que se refuerza cuando pensamos o sentimos “algo” en repetidas ocasiones. Así es como una persona asocia una determinada situación con una emoción: una mala experiencia en un ascensor, como quedarse encerrado, puede hacer que el objeto “ascensor” se asocie al temor a quedarse encerrado. Si no se interrumpe esa asociación, nuestro cerebro podría relacionar ese pensamiento- objeto con esa emoción y reforzar esa conexión, bloqueo, “fobia” o “miedo”.
En física cuántica todo es vibración, así también nuestras células vibran según la emoción que estén sintiendo.


Cada célula es un pequeño hogar de conciencia
Heinsenberg, el codescubridor de la mecánica cuántica, fue muy claro al respecto; los átomos no son cosas, son TENDENCIAS. Así que, en lugar de pensar en átomos como cosas, tienes que pensar en posibilidades, posibilidades de la consciencia. La física cuántica solo calcula posibilidades, así que la pregunta viene rápidamente a nuestras mentes, ¿quién elige de entre esas posibilidades para que se produzca mi experiencia actual? La respuesta de la física cuántica es rotunda: La conciencia está envuelta, el observador no puede ser ignorado”.
La palabra sería un paso más adelante en la creación de la Realidad, por lo que tenemos que tener cuidado con aquello que decimos pues, de alguna manera, estamos atrayendo esa realidad..
Cuando aprendemos a “observar” nuestras reacciones y no actuamos de manera automática, ese modelo se rompe”. Así pues, aprender a “ver” esas asociaciones es la mejor manera de evitar que se repitan: la llave es la conciencia.
Cada uno de nosotros es un sistema de energías en vibración continua. Es decir que las moléculas de que se compone cualquier clase de materia, inclusive nuestros cuerpos, están en constante vibración. Nuestros cuerpos crean, entonces, bandas de energía electromagnética con una determinada amplitud de onda que les permite, al mismo tiempo, emitir y absorber información. Así estamos en continua comunicación con una matriz cuántica universal de carácter holográfico.
El ser humano es un complejo cuántico que posee la capacidad de conexión e interacción con el universo; y que su equilibrio, bienestar y salud dependen, de la calidad de recepción y emisión de dicha señal. Para favorecer esta coherencia se puede interaccionar con estos campos sutiles de energía mediante terapias que utilizan luz, escalas cromáticas y frecuencias de sonido que ayudan a re-establecer la comunicación con la matrix.





Nuestro Universo sería un gigantesco almacén de información al que puede accederse desde cualquier otro lugar del universo en cualquier momento que se desee. Al igual que un ordenador central de una red informática, toda la información queda almacenada en un disco rígido al que puede accederse desde cualquier computadora del sistema cuando el operario lo considere oportuno.
Y ahora si, cuando recordamos ese antiguo Coan Zen que nos pregunta "Si un árbol cae en el bosque y no hay nadie presente,
¿este hace ruido?" desde el punto de vista de la ciencia física newtoniana la respuesta era "si, por supuesto que hace ruido, por que el sonido son ondas que se generan como resultado del choque de la materia con la materia," pero desde el punto de vista cuántico científico espiritual la respuesta es otra. El árbol no hace ruido a menos que una conciencia lo configure de esta manera, en ausencia de una conciencia humana las partículas que componen el árbol así como las partículas con las que choca simplemente reaccionan de maneras impredecibles y no generan sonidos por que las partículas subatómicas no son ni partículas ni ondas. Son ambas cosas al mismo tiempo.
La visualización creativa es una de las funciones elevadas de la conciencia humana, y estas funciones interactúan con la realidad de manera específica en el mundo cuántico que es la matriz del mundo material, ya que es aquí donde la energía se convierte en materia.

Pinceladas cuánticas,
Sandra Ballestín